Isabel Preysler puede no ser una millennial, pero eso no la detendrá Estar presente en las redes sociales y usarlas más de lo que imaginamos. Ha encontrado la manera perfecta de conectarse con sus seres queridos a través de este método.
Le dio “me gusta” a todas las fotos de sus hijas en el viaje o incluso comentarlo con corazones rojos. Y es que la empresaria tiene mucho amor para dar. Sin embargo, hay algo que no le gusta.
Preysler no interactuó con las fotos de su hija Tamara Falcó, independientemente de la publicación. No le pone un corazón desde el año pasado, algo que sí hace Íñigo Onieva. ¿Qué habrá pasado para que Isabel deje de demostrar amor a su hija a través de las redes sociales?